LIBRO ONLINE 12

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CONSTITUCIÓN ASAMBLEARIA

Introducción

Te han hecho creer que la política es sucia y corrupta, para que no participes, para que dejes “eso” en manos de los sucios y corruptos. ¿No has dicho alguna vez que la política “es una mierda”?

Te han hecho creer que los gobernantes deben mandar a los Pueblos. ¿No deberían los Pueblos decir a los gobernantes lo que deben hacer?

Te han hecho creer que “te representan” cuando les das el poder mediante un voto y que eso es Democracia.

Te han hecho creer que siempre hubo y habrá muchos pobres y pocos ricos. ¿Sabes contar, aunque sea con los dedos, para echar algunos cálculos de producción y distribución y de cuánto pagamos a políticos corruptos, funcionarios inútiles y banqueros despiadados?

Te han hecho creer que el patriotismo es una lacra, una idea que propicia el genocidio, para instaurar ejércitos de genocidas, al servicio de intereses apátridas. ¿No es eso lo que ocurre ahora, con ejércitos mercenarios que sólo van a la guerra tras los intereses del dinero?

Te han hecho creer que sólo se puede ser “de izquierdas” o “de derechas”, que la izquierda es apátrida e internacional, que la derecha es mejor administradora. ¿Es que acaso no hay comunistas y capitalistas patriotas?

Te han hecho creer que sin dinero no puede hacerse nada y te han falseado toda la historia. ¿Acaso existían las finanzas, la usura y los bancos en las culturas iniciáticas que nos precedieron?

Te han hecho creer cien cuentos de “terroristas”, para que vivas aterrorizado. Guerra atómica, meteoritos que impactan la Tierra, invasiones extraterrestres… Para ocultar que el verdadero peligro está en las armas escalares que controlan unos pocos tecnócratas al servicio de la élite de banqueros. ¿Dónde están los verdaderos terroristas?

Te han hecho creer que la anarquía es algo posible, y que lo contrario es la dictadura, cuando lo contrario a anarquía es organización participativa y asamblearia. ¿Acaso existe o ha existido algún colectivo sin organización?

Te han hecho creer que es igual dictadura que tiranía, y te han hecho creer que con votar a ciertos representantes, ya estás libre de los tiranos y los dictadores. ¿No vivimos en una dictadura oculta llamada “de los mercados”?

Te han hecho creer que todos los líderes de masas han sido y son dictadores, tiranos, antidemocráticos, cuando han disuelto los parlamentos corruptos, o cuando han abolido la partidocracia, nacionalizado la banca… ¿Vivimos mejor ahora, con crisis de toda clase?

Te han hecho creer que la educación privada siempre es mejor que la pública. ¿Te parece justo si acaso fuese verdad en alguna parte?

Te han hecho creer que mientras más estudios tienes, más sabes. ¿Sabes quién eres, de dónde vienes y adónde irás? ¿Han sabido los científicos oficiales arreglar los problemas del mundo?

Te han hecho creer que mientras más noticieros veas y periódicos leas, mejor informado estás. ¿Qué conoces de la Realidad Global?

Te han hecho creer que otros “pueblos gamberros” generalmente vecinos, están deseosos de invadir tu país. ¿Cuáles lo ha hecho, por qué y cómo?

Te han hecho creer que el campesino es bruto y el habitante de la ciudad es más culto. Que la agricultura es trabajo pesado, desagradable y hasta peligroso. Así te han alejado de la riqueza material más legítima, de la producción más sana, de la vida más armónica y así, en muchísimos casos, ¡Se han quedado con tus tierras!

Te han hecho creer que hay trabajos degradantes. ¿No será que sólo es degradante la vida de los que no trabajan y viven del trabajo de otros sin aportar ni siquiera su capacidad organizativa dignamente?

Te han hecho creer que trabajar es una maldición, para ganarte el pan “con el sudor de tu frente”, como si eso fuera malo, ruin o sacrificado.

Te han hecho creer que eres libre, porque puedes elegir gobernantes, trabajo, qué comer, cómo vestir… ¿Cuántos lo son realmente? ¿Cuántos trabajan en lo que realmente les gustaría?, ¿Cuántos comen realmente en el mundo lo que les viene en gana?, ¿Cuántos visten como quisieran según su Ser Interior?

Te han hecho creer que el hambre y la miseria están muy lejos, en los países africanos, en las tribus indígenas. ¿Cuánto has andado por el mundo?

Te han hecho creer que el pueblo no debe tener armas porque es peligroso. ¿Crees que los ejércitos mercenarios y las policías se componen de personas mejores que tú?

Te han hecho creer que un día vendrá a salvarnos un mesías, los hermanitos extraterrestres o cualquier “Ser Superior” ¿Por qué no han venido antes para evitar los actuales sufrimientos, humillaciones y vejaciones? ¿Qué les dirías a los miles de millones de muertos en medio de espantoso sufrimiento desde hace siglos?

Te han hecho creer que “no puedes hacer nada” ante todo el dolor del mundo. ¿No te has planteado ser al menos alguien realmente libre, Uno en la conciencia de todos y poner al menos tu granito de arena?

Te han hecho creer que los políticos profesionales pueden encargarse de tu destino educacional, económico, de tu salud y la de tu familia. ¿Acaso eres un idiota que no cuenta a la hora de tomar decisiones?

Te han hecho creer que las vacunas realmente te protegen de las enfermedades y que no representan ningún riesgo extra. ¿Has averiguado cómo se fabrican, cómo se componen y las denuncias que hay al respecto?

Te han hecho creer que la mujer es el “sexo débil” para polarizarnos y enemistarnos allí donde más necesitamos uno de la otra, unidos, respetuosos y amantes. ¿Te podría haber parido tu padre o engendrado tu madre?

Te han hecho creer que sólo puedes trabajar en una cosa, ese trabajo de mierda que muchas veces matarías para que no te lo quiten. ¿Acaso naciste con una marca que diga “has nacido para esto”? Eso es posible; y si es así, eres un afortunado entre varios millones. Muy pocos trabajan según su real vocación.

Te han hecho creer que la política profesional no debe hablar de Amor, Inteligencia, Voluntad, valores espirituales, Lealtad, Dignidad, Compasión, Autoconsciencia, Satisfacción Vocacional o Heroísmo. ¿Has escuchados a políticos hablar estas cosas?

Te han hecho creer que el poder no depende de ti, que no puedes evitar que el mundo vaya por donde va…

Te han hecho creer que mejorar el mundo es una utopía y que “utopía” es sinónimo de “imposible”. ¿Sabías que todos los inventos y descubrimientos que hoy disfrutas fueron primero tachados de utopías, absurdos imposibles, y que sus inventores y descubridores tuvieron agrias luchas para poder imponerlos?

Te han hecho creer que no hay ninguna solución a la vista, y que el sistema es tan complejo que dejarían de funcionar las fábricas, las industrias, las producciones de alimentos, de indumentaria, etc. ¿No sabes que el trabajo puede continuar sin dinero mediante y así ha sido durante las guerras, con producciones fabulosas? Imagínate una economía de guerra… ¡Pero en plena paz, sin derivar esfuerzos a la fabricación de armas ni mantener ejércitos!

Te han hecho creer que toda o la mayor parte de la gente es mala, que es mala la naturaleza humana. ¿Es mala tu naturaleza? Puede que sí, porque puede haber excepciones, pero mírate en el espejo y piensa… “¿Quién soy yo?”.

Te han hecho creer que eres culpable por lo que piensas, por lo que sientes o por lo que haces. Y quizá lo eres en algún sentido, puesto que lo has creído. ¿Eres culpable de los males del mundo?

Te han hecho creer que la Patria y la bandera sólo valen cuando hay que disputar un mundial de fútbol. ¿Has ganado algo cuando ganó tu club o selección favorita?

Te han hecho creer que los políticos que se eternizan en sus cargos son necesariamente dictadores o tiranos. ¿Sabes que los “democráticos” de la partidocracia que están sólo unos pocos años siguen cobrando de tus impuestos toda la vida? Observa sin emociones y sin prejuicios las condiciones de vida en aquellas “dictaduras” de décadas y compáralas con las “democracias” que cada cuatro o seis año renuevan cargos, de los que igual pagarás vitaliciamente a los “ex …”

Te han hecho creer que la excepción, es la regla, y la regla la excepción. Te han hecho creer que es necesario mentir para sobrevivir.

Te han hecho creer que las empresas estatales son siempre deficitarias, pero no te contaron que durante las guerras produjeron superávits fabulosos, ni que los países donde lo fueron realmente, estaban en manos de banqueros que las boicotearon para finalmente quedarse con ellas… ¡Con TUS empresas!

      Te han hecho creer tantas cosas irreales o parciales, que puedes sentir terror al darte cuenta. Es normal, pues los verdaderos terroristas que se dicen “antiterroristas” cuentan con ello. Sólo si te liberas de tus falsas creencias y empiezas a razonar sin miedo a la verdad, sin miedo a “lo que pueda perder” (trabajo, estabilidad, recursos, tu casa, etc.), descubrirás que los verdaderos terroristas son los genios de las finanzas internacionales; descubrirás que los políticos a los que votas son meros esbirros de esos poderes y a veces ni siquiera son conscientes de ello (y a las excepciones se les hacen golpes de Estado dirigidos desde el extranjero); comprenderás que en un Estado financiero con políticos al servicio de “los mercados”, no tienes absolutamente ninguna seguridad. No hay en la falsa democracia de los “partidos” una sociedad de Ciudadanos que te respalde, ni un líder decente que se juegue la vida por ti. Si eres empresario, no estará segura tu empresa porque dependa de “los mercados” y de los bancos. Sólo estarás realmente seguro como productor, empresario, empleado o profesional, cuando toda la sociedad pueda respaldarte.

            Estarás seguro de verdad cuando el valor “dinero” no esté en manos de usureros privados y más seguro estarás tú y tu familia y todos, cuando en un paso Ecologenista posterior, el Valor Trabajo reemplace definitivamente al valor de la moneda, y que ésta se convierta en “fichas”, sin valor usurario, sin valor especulativo, como un mero instrumento del Estado y que tú seas parte de ese Estado.

¡… suena a comunismo…!

       Cierto, esto último “suena” a Comunismo, pero no lo es; porque los banqueros internacionales crearon el comunismo ruso del mismo modo sangriento y corrupto desde el principio, como lo fue la Revolución Francesa. Con grandes, auténticos y bonitos ideales pregonados, sí, pero con una serie de sutiles “pequeñas aberraciones”, aumentadas por los cabecillas que en ambos casos fueron cuidadosamente preparados para dirigir a las turbas emocionalmente y sin organización Asamblearia, sin participación real en la toma de decisiones. Se formaron así diferentes movimientos políticos en América, dando lugar a supuestas “democracias”, pero todas con una misma lacra: la representatividad, por sobre la participación ciudadana, cuando la primera sólo es válida cuando segunda es plena y prioritaria.  

¡Aprende, comprende y actúa! Difunde esta información! Si no tienes en claro las facetas políticas del problema global, será muy difícil que ayudes a mejorar algo.

DEDICATORIA

A todos los colaboradores, cuya lista de nombres ocuparía un libro entero. A todos los Hombres (varones y mujeres) por los que vale la pena luchar, a todos los dispuestos a ejercer la Verdadera Democracia.

A todos los esclavos conscientes que desean su liberación.

ECOLOGENIA es una forma de vida, aunque hay una forma de gobierno Ecologenista. Puede definirse como la suma armónica de Conciencia Ecológica, Política Natural con Economía Natural y conocimiento de las Leyes Naturales.

            ¿Cómo te gustaría que fuese el mundo? y ¿Qué clase de mundo les dejaremos a nuestros hijos?

CONSTITUCIÓN ASAMBLEARIA

PRÓLOGO DEL AUTOR

Queridos Lectores:

            El libro Ecologenia, Política de Urgencia Global ha sido menos leído de lo que me gustaría, pero más de lo que esperaba. Pensé que recibiría malas críticas, insultos e incluso amenazas, pero desde su edición el 11 de Abril de 2009, sólo he recibido muestras de gratitud, felicitaciones, y mensajes de apoyo. Pero lo mejor, han sido las preguntas y la calidad intelectual de los interesados, que indican el grado de influencia del libro y su valor social.

            He recibido muchísimas preguntas; tantas que me he visto obligado a meditar respuestas en todos los temas y eso ha sido el combustible para escribir este otro libro de política, del que -a pesar de tener claras las ideas de cómo debe desarrollarse una civilización de personas despiertas, conscientes y libres- sólo había formado un esbozo didáctico en mi mente. Es difícil hallar las palabras adecuadas a todos los intelectos y exponer en un mismo volumen el cuadro de situación global, con la infinidad de soluciones posibles y diferentes que puedan realizarse en cada país, bajo cualquier régimen político actual. ¿De qué serviría abrir una brecha de consciencia política importante en Occidente, -por ejemplo en Argentina, Chile, México o España-, si no es aplicable en un país islámico? Tampoco serviría de mucho para cambiar el destino de la Humanidad, una política que no pudiera aplicarse localmente en un pueblo de China… Vivimos en una comunidad globalizada y es preciso aplicar soluciones generales acordes a la globalización, pero permitiendo e instando a que cada Patria, cada País, cada comunidad y cada individuo conserve sus valores e idiosincrasia particular.

            La mayoría de esas preguntas recibidas en dos años pueden resumirse en “¿Y qué puedo hacer yo desde mi puesto de trabajo, desde mi ciudad o pueblo, siendo un simple ciudadano de a pie?”.

            La respuesta es que puede y debe todo “ciudadano de a pie” hacer mucho, aunque no deba necesariamente dejar su trabajo, ni invertir recursos, ni ocupar demasiado tiempo. Y hay tanto que puede hacer, que he tenido que comenzar este libro para ayudarle a encontrar el qué, el cómo, para que pueda convertirse en artífice de su propia situación política local, contribuyendo a la mejora del mundo entero. Cabe aclarar que si en algo puede parecerse la Ecologenia a la “izquierda”, sólo es un espejismo. En la Ecologenia no hay derechas, izquierdas ni centro. Sólo hay Patria, Familia, Individuo y todos los valores que representa cada uno. No hay “Dios”, porque hasta el ateo tiene cabida en una sociedad Ecologenista y porque hay libertad de culto, puedes imaginarlo como quieras. La única condición es que tu dios no valga más que el de los demás.

            Así y todo, Ecologenia es un Movimiento Político surgido en España, según las necesidades de una sociedad también harta del capitalismo, pero con otras condiciones de vida. Como autor del término “Ecologenia” y propulsor de este Movimiento, confieso que comparto Maestros con algunos líderes actuales, de los que sigo su ejemplo de Hombres Honestos y Patriotas. En esta actualización del año 2020, nueve años después de la primera aventura editorial, tengo el placer de contar a miles los líderes que están haciendo poco a poco su trabajo en muchos otros países, en especial en toda América.

            El mérito supremo de esos Maestros, es que dicen a sus discípulos que hablemos sin tapujos del Amor, de la Inteligencia y de la Voluntad en perfecto equilibrio, para hacer la más grande y maravillosa de todas las revoluciones que puedan haber existido: La REVOLUCIÓN DE LA CONSCIENCIA DE LA HUMANIDAD.

            Gabriel Silva

RASGOS GENERALES DE LA ECOLOGENIA

            El mundo está gobernado en gran parte, por gente que no tiene ideales ni ideología, sino una patológica necesidad de poder sobre los demás. Puede que ellos imaginen que es “su responsabilidad”, pero si fuera así, el mundo sería muy diferente y lo  único que tienen es eso, una enfermedad mental profunda y terrible, llamada esclavismo. Las “ideologías” son algo creado por ellos e impuestos en la educación retorcida, la literatura, el cine y todos los medios posibles desde hace siglos. Pero la verdadera política no tiene “ideologías”, es una Ciencia y por cierto, bastante sencilla, cuando se ha depurado la montaña de basura mental inoculada en la mente de los pueblos.

            A lo largo del presente escrito irá descubriendo las enormes diferencias de fondo y forma que existen entre una comunidad mercantilizada y dineralizada, de una comunidad Ecologenista, así como los medios disponibles para contribuir a la transformación global.

            Para sintetizar todo lo expuesto en el primer libro, digamos que las diferencias más radicales son:

A)  En el aspecto económico estriba en el sentido del comercio, que en el sistema de mercado es el de ganar dinero u obtener ganancias desde un punto de vista individual o a lo sumo corporativo, mientras que en la sociedad Ecologénica la economía se basa en el trabajo y la distribución justa del poder, los recursos, los servicios y todo bien, incluyendo la educación para formar personas libres, en vez que mansos empleados del sistema. El dinero se usará en principio, pero sin usura, hasta que la masa, consciente de cómo funciona la Ecologenia, lo haga innecesario. El primer paso consiste en que sean los Ciudadanos quienes lo manejen, o sea el Estado. Y que el Estado se asegure que ninguna mano privada sea “dueña” del dinero. Que éste resulte sólo un instrumento temporal para la distribución de la verdadera riqueza, que es el trabajo y su producto.

 B) En el aspecto político, el sistema Ecologenista es participativo, con preeminencia sobre lo representativo. No queremos votar a un careto que nos represente hasta tal punto que decida por nosotros, sino elegir a un representante local que haga lo que le pedimos, que rinda cuentas ante nosotros sin excusas de que “ganó el otro partido”, o “es que el partido ha decidido que…”.  Y en ámbitos mayores, (municipal, provincial, nacional) la suma de intereses, que estarán basados en las mismas necesidades humanas, será sin duda coincidente. La casi totalidad de las Naciones Ecologénicas deberán tender a modificar sus Constituciones, porque casi todas ellas son fundadas en los intereses de unos pocos manipuladores de ideas. Los ciudadanos deberán aprender que es más importante asistir a la Asamblea de Ciudadanos que cualquier partido de fútbol o que cualquier otra cosa que haya que hacer en el mundo. Porque allí, en la Asamblea de Ciudadanos es donde se definirá su economía, su trabajo, la educación de sus hijos, su futuro personal y el de su familia. Es su real y única oportunidad de saber qué es lo que pasa y lo que pasará, de influir en lo que crea que debe hacerlo. Es su única manera de ser un Ciudadano con Voz y Voto, en vez que un esclavo de un sistema, sujeto a los vaivenes, miserias, demencias, mentiras y egoísmos de unos pocos “políticos profesionales” que ya es hora de que se conviertan en una casta extinguida.

            Cierto es que hay castas; cierto es que hay diferencias de toda clase y la Ecologenia respeta esas diferencias y puede conservar esa diferenciación de castas donde culturalmente las haya desde milenios. Pero jamás dicha diferencia debe convertir al “inferior” (intelectual o físico) en víctima del sistema, ni someterlo al desprecio, a la condena de la pobreza (palabra que debe extinguirse por obsolescencia) o a humillación de cualquier tipo. Los “auténticos inferiores” en una Sociedad Ecologenista son los corruptores, delirantes de poder, porque su psicopatía es demasiado especial, imposible de equiparar siquiera a los ladrones (que desaparecerán porque no tiene sentido robar en una sociedad justa y humanitaria), Los psicópatas de la política roban a los ciudadanos la conciencia, su trabajo, su energía, su tiempo, su esencia de Persona y lo convierten en un esclavo más o menos “cómodo” según las circunstancias, pero esclavos al fin.  Los psicópatas asesinos, los pederastas y similares que a pesar de la educación Ecologénica no consigan combatir internamente sus lacras psicológicas, tendrán cárceles que respeten su condición humana y tratamientos que permitan su rehabilitación social, pero sin riesgo para el resto de la sociedad. Sin embargo, los más “auténticos inferiores”, para los que cada Nación aplicará lo que considere adecuado, son los esclavistas, cuya psicología es la más retorcida y enferma, causa de genocidios, cuyo carácter personal es el más hipócrita y difícil de detectar, porque trasciende el plano de la psicopatología ordinaria.

            El esclavista es muy inteligente, astuto e incluso creativo, se infiltra en las sociedades y no piensa en sí mismo. Es capaz de pergeñar planes que pondrá en marcha para que se cumplan siglos después. No hablamos del vago ruin que tiene a otros trabajando para él y pagan sus lujos y placeres (simple aprendiz de esclavista, que también merece cuidado), ni del intelectual, profesional o dirigente que tiene criados o empleados a su servicio para cumplir una misión más importante (casta de innovadores que trabaja más que sus criados y que cualquiera, que están destinados a ser la Flor y Nata del Ecologenismo en su fase inicial). Cuando digo “esclavistas” me refiero a los especuladores económicos, a los usureros, a los que inventan (y manejan) diversas formas de convertir la esencia de la riqueza, que es el trabajo de cada uno y su producto, en valores de los cuales luego se apoderan.

 C) En el aspecto Tecnológico: En una civilización Ecologénica, se utilizan los sistemas de “energía libre”, que, aunque descubiertos hace siglos, los esclavistas no han permitido usarse masivamente en la civilización mercantilizada, porque romperían con el cono de poder egoísta existente.           La emisión de ondas hertzianas y conversión en electricidad (y viceversa) fue un paso tecnológico de finales del siglo XIX y principios del XX, pero los “dueños del mundo” (económico) lograron restringir la cuestión al transporte de electricidad mediante cables de cobre, pasando por aparatos que pudieran “medir y cobrar”. Para eso, lógicamente se ocultó todo el resto del desarrollo tecnológico de Nicolás Tesla y otros inventores, porque dicho desarrollo incluía la extracción de cantidades de energía relativamente ilimitadas, como por ejemplo el uso de la diferencia de potencial telúrico (medio Gauss en el aire, un Gauss en el suelo), aparte de la “energía radiante” propia del campo electromagnético terrestre en la capa atmosférica, la “energía cósmica” entre las que se encuentra la solar, fácilmente convertible en energía térmica y ésta en energía eléctrica…Y ni hablar de los motores de imanes permanentes, que muchos desarrolladores han fabricado y mantienen escondidos por miedo a las represalias de los intereses… Cuando lo que deberían hacer es fabricar y distribuir (vender, por ahora), incluyendo los planos para su reproducción por cualquiera con mínimos conocimientos de electricidad y mecánica.

            Es comprensible que al hombre criado en esta civilización le parezca una “utopía” arreglar el mundo, aunque se derrumba a pedazos por todas partes, contaminado, esclavizado, hambreado, masacrado, engañado y en apariencia superpoblado. Digo “en apariencia” porque sólo lo está si consideramos el modo de vida del mercado y el consumismo. Sólo en las áreas ya habitadas cabrían en el planeta entre diez mil millones y catorce mil millones de personas viviendo en la abundancia, en la amplitud, en la plena salud natural y aprovechando gran parte de los desarrollos científicos actuales, si las pautas de manejo científicas, políticas, económicas y educativas fuesen Ecologénicas. Pero es imposible sostener las pautas del mercado unas décadas más, ni siquiera con la mitad de la gente que habita el mundo actualmente. Esa, y el temor a perder el poder sobre la Humanidad por parte de unos pocos genios dementes, es la causa del genocidio constante, por guerras, una medicina degenerada, vacunaciones y la gran fumigación global (‘’estelas químicas’’) de la que gran parte de la masa todavía desconoce. Los jueces se lavan las manos ante las pruebas existentes, como el informe técnico biológico presentado en el libro anterior.

            La falsa democracia vestida de partidocracia, en realidad títere de la dinerocracia ejercida por una pequeña cúpula de banqueros, tiene un sistema de engaños muy refinados, mantenidos sólo por la esclavitud mental de la masa, que no tiene tiempo a pensar, a analizar y SER, porque las deudas, las hipotecas, el trabajo constante que le obliga a ganar sólo el dinero para subsistir (y el miedo a perderlo), absorben todo su tiempo y su energía vital. Monopolios, oligopolios, impuestos, pagos e impagos, activos y pasivos, deudas, miserias y toda la aberrada parafernalia de las “ciencias económicas”, se hará añicos inexorablemente. La ciencia llamada Economía sólo es compleja cuando se trata de vender y comprar, de especular con el trabajo de otros… Pero la Economía Natural es extremadamente simple y está al alcance de los intelectos más elementales. La cuestión es si queremos dejar que la Comunidad Global se convierta plenamente en una sociedad orwelliana, inconsciente, esclava, robótica, con individuos débiles, temerosos, no pensantes; o si queremos una Sociedad Ecologénica, donde el espíritu grupal se forme por la educación ética, la autodetermiNación de cada comunidad y Nación, con participación de hasta el último ciudadano en la toma de decisiones, felicidad, conciencia y desarrollo vocacional pleno de cada individuo. Y, sobre todo, recuperando valores tales como el Amor, la Inteligencia y la Voluntad en perfecto equilibrio. Y no hay nadie que con justicia pueda decir “es que yo no puedo hacer nada”. Si está leyendo es porque algo hará…

            La primera y terrible opción está en marcha, está ocurriendo ahora mismo, aunque hay un pequeño porcentaje de la población bien informada, en parte por el boca a boca, pero en la mayor parte gracias a Internet (sistema de comunicación que no estaba en los planes de los gobernantes del mundo). Sin embargo, la mayoría de la masa, como buena parte de la informada mediante foros de internet, tiene una “infoxicación”, es decir una intoxicación informativa, porque una parte de los datos son erróneos. Si bien Internet nos permite la interacción a niveles que a veces logran eco, como la movilización 15M (15 de Mayo 2011 en Madrid), las redes sociales no permiten a un ciudadano destacar algo importante, a la vez que también el sistema intoxica con información falsa, ya de modo específico, intencionado, ya de modo espontáneo por las creencias de los usuarios, con exageraciones, contradicciones, teorías absurdas o incompletas, etc. No obstante, el Movimiento Mundial de la Ecologenia se va convirtiendo en una realidad concreta.

            Los gobiernos nos están poniendo, con pretexto de la seguridad y la lucha contra la delincuencia y el terrorismo, cámaras por todas partes, policías y ejércitos, controles humillantes y paranoicos en aeropuertos, estaciones de trenes y autobuses. Es evidente que nada de esto ha mermado la delincuencia y no sólo no ha combatido el terrorismo, sino que lo alienta, lo alimenta y es justamente, un terrorismo en sí mismo, convirtiéndonos en “sospechosos” a todos por igual, incluyendo a niños, que suelen sufrir toqueteos por parte de los empleados en los aeropuertos. Cualquier ciudadano es, ante todo, sospechoso de ser terrorista, pero la violación de la intimidad de las personas, la sensación de estar en una gran cárcel, creará -tarde o temprano- reacciones antisistema cada vez más violentas. Ello aumentaría la represión, hasta que la sociedad se disuelva como tal en una nueva y brutal revolución. Pero esta alternativa terrible tiene aspectos más terribles aún, según se observa en los movimientos del “ajedrez mundial”, pues el Plan de Genocidio Global para control demográfico ha alcanzado cumbres tecnológicas inimaginables décadas atrás. Y ahí está la parte más desesperante…

            El Plan de Genocidio contempla la posibilidad de dejar viva a menos de una décima parte de la Humanidad, a fin de hacer un paraíso para la sinarquía directiva, pero con esclavos suficientes para continuar su “modus vivendi”.

            La otra opción, la Ecologénica, sólo podrá realizarse mediante el despertar de consciencia de una “masa crítica”, de millones de personas comprometidas con la vida, con el mundo y con las generaciones futuras. Y que esta mentalidad “evolucionaría”, no meramente “revolucionaria”, abarque a los policías, a los militares, a los agentes de inteligencia… Ellos también son madres, padres, hijos, hermanos, esposos y esposas. Pero son casi todos, por ahora, “armas humanas” apenas conscientes, al servicio de los refinados esclavistas de las finanzas, aunque un “ministro-capataz” les dirija y mande a apalear manifestantes o a masacrar gente en otros países. ¿Qué se puede hacer al respecto? Muy fácil: Organizar Asambleas de Ciudadanos en tu barrio; instrúyeles sobre la Ecologenia, conversen sobre la realidad, incluyan y comprometan a los policías y militares a actuar sólo a favor de los ciudadanos, a no cumplir órdenes que atenten contra su propia conciencia personal, como atacar a ciudadanos pacíficos o disolver manifestaciones pacíficas y Asambleas de Ciudadanos. En ese sentido, el Movimiento 15 M y “Democracia Real Ya” consiguieron, el 27 de Mayo de 2011 en Barcelona, que la policía tuviera que abandonar su cometido de disolución, (tras seis horas de apaleos a los jóvenes), y que luego hubiera más gente aún, tomando la plaza Catalunya. Unos pocos tecnócratas y financieros no podrán contra una masa de Ciudadanos Conscientes e Instruidos en política que saben lo que no quieren, pero también saben lo que SI quieren. La única forma de librarnos de la esclavitud tecnológicamente apoyada, es haciendo que las masas sean partícipes de la política en vez que meras espectadoras.

D) En el aspecto religioso: He ahí uno de los más peligrosos escollos para llevar a buen puerto el Plan Ecologénico, porque los fanáticos religiosos (dirigentes y dirigidos) son intolerantes en muchos sitios. Los Ecologenistas pueden ser de cualquier religión, pero jamás deben las ideas religiosas mezclarse con la finalidad política. Salvo en los Estados Islámicos, que ya tienen una formación y coherencia religiosa (y muchos de ellos son tolerantes con la religión), los líderes Ecologenistas deben ser necesariamente laicos en la práctica, aunque tengan una fe, porque de lo contrario involucrarán tarde o temprano sus tendencias y/o sus compromisos con los poderes religiosos. Sólo el hombre libre de fanatismos (religioso o no) es capaz de comprender los aspectos profundos de la espiritualidad real, así como respetar a todas las personas, cualquiera sea su religión. No deberá nunca ser una “ley” pero sí una formalidad de buena educación, evitar en las Asambleas de Ciudadanos toda muestra personal de la propia tendencia religiosa. Puede que en los países musulmanes esto sea más difícil, pero tampoco es imposible. Sólo cabe la recomendación para ellos que se atengan a los objetivos políticos de las Asambleas de Ciudadanos, dejando a un lado a los intereses religiosos. Ninguna madre verdaderamente amante de sus hijos los quiere en un frente de combate, a menos que su país sea invadido.

ÉTICA NACIONAL ECOLOGÉNICA

            Demás está decir que la Ecologenia es manifiestamente contraria al envío de tropas de un país hacia otro, a menos que su propio Gobierno Ecologenista lo solicite con anuencia del Poder Asambleario del Pueblo, ya sea para labores de rescate, ayuda ante catástrofes o invasiones de países no Ecologénicos contra un país Ecologénico que solicite ayuda. La ética de la Nación es, en cualquier caso, el producto promedio de la ética del conjunto de sus ciudadanos. Las Naciones existen como resultado de un espíritu colectivo, que puede tener sus divisiones, diferenciaciones, pero obedecen a una secuencia histórica, a un cúmulo de valores adquiridos durante esa secuencia. El patriotismo es el sentimiento de compromiso del Ciudadano para con su Nación, lo cual no es óbice para que el hombre sea, a la vez que patriota, “ciudadano del mundo”. Pero esta “ciudadanía del mundo” será utópica mientras el hombre sea una mera pieza de ajedrez en el tablero del esclavismo monetario global.  

La única razón para pervertir el sentido del patriotismo como se ha hecho, de manera que los Ciudadanos terminan despreciando y hasta odiando su bandera y los símbolos patrios, es el espíritu globalizador de los apátridas gobernantes de las finanzas, que al mismo tiempo, agitando banderas locales, crean movimientos “independentistas”, que en realidad son “separacionistas”. Ellos dicen ser “idealistas” pero su ideal es el poder global, el sometimiento -indirecto por ahora y directo después- de todas las masas del planeta. Son gente sin Amor ni Respeto por el individuo, juegan a ser dioses en un mundo de miseria y mortandad; destruyen con su artera genialidad, todos los valores espirituales, ocultan y/o desvirtúan los valores profundos de las religiones, implantan tendencias musicales y pseudoartísticas y modas con factores subliminales, polarizan a las masas con cualquier pretexto (deportes, discusiones vacuas sobre si tal o cual ley es buena, programas de televisión idiotizantes, etc.).

            La política es una ciencia, pero su aparente complejidad es -como en la economía- producto del cúmulo de aberraciones psicológicas creadas en la sociedad e innatas en los políticos que sirven a los más aberrados aún señores de la economía. La política del mercado es una política “complicada”, más que compleja y los “genios de la política” (tanto los buenos como los malos) son en realidad personas a las que no se ha engañado con la terminología falsa y absurda, contradictoria y distorsionada con que se engaña al pueblo. Es complicada la política del mercado, pero no lo es la política natural. Es complicada la dinerocracia porque necesita producir esclavos, pueblos ignorantes, activistas confundidos, fanáticos, guerreros en dos bandos opuestos que se maten mutuamente, en vez de atacar como ciudadanos a sus verdaderos opresores. Es complicada la mentira, pero no es complicada la verdad.

            La política del mercado es totalmente loca, está diseñada por delirantes de poder, por ello es el colmo de la complejidad, del no llegar nunca a un acuerdo, de no alcanzar lo racional, lo justo, lo realmente bueno para todos. En cambio la verdadera política es sencilla, puede entenderla todo el mundo y puede -¡ y debe !- practicarla todo el mundo.

            Es normal que se hable de “política Ecologénica” como algo relacionado exclusivamente a la política o la economía, pero la Ecologenia es muchísimo más que eso, pues es una forma de vida que abarca todo. El aspecto político de la Ecologenia debería llamarse “política natural”, pero ya muchos lectores del libro “Ecologenia” que se han comunicado con el autor, hablan de política Ecologénica y es imposible ya revertir la tendencia de los términos. Por otro lado, en muchas naciones habrá que crear -paradójicamente- Partidos Ecologénicos para que la ciudadanía alcance el poder pacíficamente, evitando “reacciones legales” por parte de los actuales sátrapas del Gobierno Económico Mundial. Si ello sirve para sentar las bases de un movimiento político que lleve a la Humanidad a vivir Ecologénicamente, pues bienvenido sea el nuevo “Partido Ecologenista” en cada país.

            Ecologenia es la antítesis de toda la parafernalia creada por los artífices del mercado, dividiendo en derechas, izquierdas y centros, aunque en principio, para iniciar el proceso de transformación local primero y mundial como resultado, puede ser necesario que los Ecologenistas que se incorporen al Movimiento, creen partidos e involucren a personas no comprometidas con los extremistas de izquierdas y derechas. No basta con abolir el “bipartidismo”, sino el “partidismo” en sí. Paradójicamente habrá que crear Partidos Ecologénicos, como he dicho, pero finalmente se trata de convertir el sistema en Asambleario, aboliendo la partidocracia en todas sus infectadas e infecciosas variantes. No es posible hacer una “Ecologenia de derechas” ni una de izquierdas, porque abarca todo el espectro de valores humanos desde un punto de vista espiritual, emocional, mental y físico, aunque rescate en la filosofía y en la práctica, las mejores ideas de ambos extremos.

             La base de la Ecologenia es la aplicación de la Doc-Trina (Conocimiento de los Tres) que son el Ser, la Conciencia y la Voluntad, que son aspectos inherentes a todo individuo y se manifiestan respectivamente como Amor, Inteligencia y Poder. Estos tres elementos no son mera filosofía y de su equilibrio, tanto en el individuo como en la sociedad, dependen la Libertad, la Seguridad, la Alegría y la Felicidad. De estos cuatro pilares depende la Supervivencia. Otros aspectos como riqueza, armonía, etc., se unen como causales o como efectuales para producir la Supervivencia. Si faltan esos factores, falla la supervivencia porque se termina esclavo y finalmente muerto; se termina en la inseguridad y por ende en el temor, o sea que se cae también en cualquier forma de esclavitud. Sin alegría y felicidad se producen y aumenta la influencia de engramas psicológicos y psicosomatosis, y ésta causa más del setenta por ciento de las enfermedades y predispone para el treinta por ciento restante.

            De modo que la Ecologenia es opuesta a mercado y al dinero, tal como hoy día se entiende, aunque en su primera etapa el comercio continúe con normalidad local y globalmente, y el dinero siga existiendo en manos de los Estados, no de los bancos privados. No se caerá la industria por revolucionar el mundo hacia una política Ecologénica, no se alterarán los circuitos de distribución de recursos y bienes, ni se producirá ninguna crisis, ni se acentuarán las existentes. Justamente las “crisis” son provocadas para manipularnos, para mantener a raya a las masas y someterlas mediante el dinero faltante, la deuda. Aunque en principio y para establecerse como forma de vida, deberá seguir existiendo el dinero como medio de intercambio y funcionamiento de la sociedad, buscando por todos los medios quitar en primer lugar la usura al mismo tiempo que quitar de la conciencia humana el dinero como finalidad, y la creencia de que es el instrumento sin el cual no es posible vivir, crecer, progresar y trascender.

            Para que la “utopía” llegue a realizarse, es preciso eliminar en primer término las lacras residuales, primero en la política y luego en lo privado: Esto quiere decir que primero hay que acabar con la corrupción económica en la política, cosa para la cual no hace falta inventar más leyes de las que hay. Sobran recursos legales para ello y a lo sumo habrá que quitar o adaptar leyes. La formación de Asambleas de Ciudadanos, sobre las que hablaremos un poco más en éste, ha de ser el instrumento principal para el inicio de la transformación política y social que sin duda llevará al rescate real de la sociedad.

            El cambio climático es ciertamente un factor actual muy preocupante, aunque hay más mentiras que verdades en las informaciones oficiales; pero ninguna medida que se tome, ningún acuerdo internacional que pueda lograrse bajo la dictadura del dinero, será de beneficio para los habitantes del mundo, sino una trampa política más. Ni siquiera habrá parches temporales. La opción genocida del exterminio selectivo y disimulado que ya está en marcha mediante las fumigaciones globales de estelas químicas, puede que aniquile a la mitad o más de la población mundial, y eso es mucho más preocupante para todos que los cambios del clima. Pero peor aún lo es para quienes sobrevivan a pesar de todo, si la dinerocracia consigue sus propósitos, porque los microchips harán que los que queden vivos sean muchísimo más esclavos, muchísimo menos pensantes y muchísimo más mediocres en toda actividad, que el hombre de siglos atrás.  La nanotecnología tiene recursos de control poblacional que ya están en marcha y si la masa no se entera es porque no le interesa, porque le cuesta creer. En realidad, porque se aterroriza ante la posible realidad.

            Las armas escalares, como el HAARP, de las que hablamos brevemente en el anterior libro, han mostrado terribles alcances, haciéndose patente que tanto el tsunami que afectó a Indonesia, como el terremoto de Haití, el de Chile, el de Japón y al menos otros veinte, fueron provocados con esta tecnología. Abunda información seria y testimonios en internet, lo que jamás se verá en los medios comerciales y oficiales. Todos estos desastres tuvieron epicentros a diez kilómetros bajo el mar, con impulso de las aguas y las ondas sísmicas dirigidas vectorialmente de manera que jamás puede hacerlo la Naturaleza. Dejamos ahora a los Lectores el dato para que continúen su investigación personal, mientras nos vamos en este libro a la Ecologenia Local, porque de nada sirve saber lo que ocurre globalmente si no pasamos a la acción localmente.

 CAPÍTULO II
ECOLOGENIA LOCAL, PASO A PASO

Alvin Toffler, excelente “futurólogo”, dijo hace décadas: “La sociedad moderna deberá comenzar a actuar responsablemente en lo local, con miras a lo global. Pensar globalmente y actuar localmente será la única solución”. Pero hay antecedentes más antiguos del concepto: “Pensemos en Roma, pero hagamos en Mesia” (Cónsul Manio Laberio Máximo  a 90 d.C.) y un consejo de Sócrates a Hiparco de Tracia: “Piensa en el bien de Grecia, pero haz en Antípolis lo que debas hacer”.

            El primer paso, recién expuesto, es decir la creación de la Asamblea de Ciudadanos, es el que permitirá a la masa social, entre otras cosas: 1) Controlar las cuentas públicas, 2) Pedir rendición de oposiciones (test de idoneidad) a los funcionarios y políticos, 3) Proponer proyectos, 4) Controlar la ejecución correcta de dichos proyectos una vez que estén en marcha, 5) Podrá aceptar o rechazar los sueldos de los concejales y alcaldes (o como se llame a la autoridad local inmediata). 6) Podrá peticionar acciones de alcance provincial o nacional de manera efectiva, y en acuerdos con otras Asambleas de Ciudadanos. 7) Podrá tratar todos los asuntos que impliquen necesidad de solución y ayuda mutua entre ciudadanos, moderar o mediar entre empresas y Estado o entre empresas y ciudadanos. 8) Generar microeconomías urbanas y rurales, independientes o semi-independientes.

            No ha de entenderse que la Asamblea constituye un “gobierno paralelo”, sino la esencia misma del Gobierno, una constante vigilancia política de los estamentos mayores, en la que nunca jamás ningún miembro podrá participar sólo por cobrar un sueldo, ni manifestar tendencia “partidista”. Ninguna Asamblea -siendo que participan en ellas la totalidad de los Ciudadanos, ha de consentir que alguien siga cobrando sueldo una vez abandonado un cargo político, salvo que sea jubilado por edad.

            Los impedidos de participar con voto en las Asambleas de Ciudadanos, pero habilitados a participar con voz, son los funcionarios públicos, políticos con cargos públicos y sus familiares en primer grado (hijos, pareja, hermanos y padres) y empresarios que tengan relación o contratos con el Estado.

            Estas Asambleas de Ciudadanos necesitan tener calidad legal como Institución, cosa difícil o imposible de conseguir mientras gobiernos extremistas (de derechas o de izquierdas) y más difícil aún cuando se trate de corporaciones corruptas en el poder local. De modo que se hace necesario que los ciudadanos conscientes y dispuestos a llevar a cabo el Plan de Ecologenia, formen un “partido político”. La experiencia ha demostrado que no sirve intentar rescatar partidos minoritarios, porque hasta ellos están corruptos en todas partes. En cierta forma, algunos países arábigos que tienen tradición tribal, tienen instituciones similares a la Asamblea. No les resultará difícil adaptar estar ideas, sin perjuicio de sus respetables costumbres, religión y tradiciones.

TRANSFORMACIÓN ECONÓMICA LOCAL Y GLOBAL

            El segundo paso es la puesta en marcha del sistema Asambleario, la eliminación de la usura y la nacionalización de la banca, que debe volver a ser un servicio, no un negocio. Con ello se acaba el baldón de las hipotecas y muchas otras causas de tragedias sociales. Con ello se acaba el desempleo, porque los empresarios pueden progresar. Y se acaban los “déficits del Estado” que se deben al endeudamiento de éstos frente a bancos privados, y en algunos Estados, especialmente europeos, estamos apreciando el colmo del descaro en la corrupción con los “rescates a la banca”, es decir que de nuestros impuestos se saca dinero para darle a los bancos, para que a su vez éstos nos lo presten con usura.

            La Asamblea Nacional podrá fundar un Banco Nacional Único, que haga funcionar las microeconomías, pero cuyos fondos serán formados por ahorros legítimos de empresarios locales y sus préstamos serán con interés cero, en función de la economía independiente. Este desarrollo se facilitará quitando al trabajo, todas las cargas impositivas. Los ingresos de los estamentos locales, sólo derivarán de los impuestos de empresas extranjeras que ocupen espacio físico. Una ciudadanía sin impuestos (absurdos en un Estado que maneja el dinero), puede producir obras magníficas, dando expansión a la creatividad en todos los ámbitos. Estas y más ideas podrán ser perfeccionadas y ejecutadas sólo mediante la formación legalizada e institucionalizada de Asambleas de Ciudadanos.

ALGUNOS DETALLES DE LA DINEROCRACIA
LA MENTE DEL HOMBRE MEDIOCRE

(Con aporte estadístico de J. D. M. Antropología Americana)

            El hombre mediocre es básicamente el hombre incapaz de contribuir con su influencia al mejoramiento social, político, espiritual e intelectual de la sociedad, y que incluso estorba todo desarrollo benéfico. Se diría que es el hombre sin ideales, pero también hay idealistas mediocres. No escapa a la mediocridad el idealista que no tiene Voluntad para matar o morir por su ideal de Libertad, porque cree que una vida de esclavitud vale más que su Libertad si peligra su vida. Ya puede imaginarse cuánto le importará la Libertad de los demás. El hombre sin Amor es definitivamente mediocre, aunque sea el amo del mundo. Hará un mundo mediocre, un mundo esclavo, sufriente, nada realmente “ideal”. El hombre sin Inteligencia -o sea el que no la usa, porque salvo los dementes fisiológicos nadie carece de Inteligencia- es mediocre.

            El grado de mediocridad es inversamente proporcional al equilibrio entre su Amor, su Inteligencia y su Voluntad. En el hombre con ideales, la mediocridad también es inversamente proporcional a su tenacidad para sostenerlos. En todos los hombres, la mediocridad es directamente proporcional a su egoísmo. Sin embargo, sigue siendo difícil hallar alguien que escape a la mediocridad en algún sentido, aún teniendo grandes virtudes, capacidad inventiva, creatividad y un montón de dones, porque la sociedad -y/o sus instituciones- ha moldeado las mentes en un marco de constante aberración psicológica. Así las cosas, la mediocridad es prácticamente el sello común de todo mortal, excepto de aquellos que estén dispuestos a perderlo todo por sus ideales, pero que son capaces de cambiarlos o perfeccionarlos sin fanatismos para el bien de toda la Humanidad. El hombre que escapa a la mediocridad ha aprendido a decir “no se” y a pedir perdón, pero rarísima vez debe pedirlo, porque piensa muy bien antes de decir o hacer, pero siempre hace lo que dice y lo que piensa.

            La línea de realización que lleva el hombre trascendente (que no es mediocre), es sentir, pensar, decir y hacer coherentes, en una misma línea. El hombre mediocre padece aberraciones psicológicas y siente sin tener claro qué es lo que siente; piensa en función de sus aberraciones y a veces ni siquiera piensa. Entonces dice cualquier tontería y finalmente hace cualquier cosa. No se sabe si hará lo que dice, no se sabe si hará lo que piensa, o simplemente hará lo que le dicten sus aberraciones psicológicas en cualquier momento. El problema es, por una parte, que no sabe la sociedad lo que el mediocre hará. Pero también es parte del problema que no lo sabe el propio individuo.

            Todo el mundo debe escapar de la mediocridad en cuanto le sea posible; hacerse una terapia de meditación tan simple como tomarse una hora diaria para preguntarse “Quién soy”, “De dónde vengo”, “Qué hago aquí” (o “para qué estoy aquí”) sería el primer paso para liberarse de gran parte de la aberración psicológica y aumentar su potencial intelectual y sus condicionamientos, sus irracionalidades. Pero el que quiera ocupar un puesto político Ecologenista no puede ser mediocre, no debe serlo, no tiene derecho a ser mediocre. El destino, la salud, la educación, la seguridad, la evolución, el desarrollo y por lo tanto la Felicidad de los ciudadanos, dependen del verdadero político. Si tiene alguna medida de mediocridad, si no está dispuesto a luchar hasta la muerte propia o ajena por este ideal, será mejor que deje sitio a otro y colabore hasta donde le sea posible. La Ecologenia necesita líderes. Sin liderazgo el sistema Asambleario sería una anarquía. Por lo tanto, los Ciudadanos deben aprender a reconocer a los verdaderos líderes, que son por un lado lo contrario al mediocre, por otro lado, un ejemplo de ética. Es mil veces preferible el hombre ético, al capaz, al genio o al valiente. Pero el político Ecologenista ha de tener ética, inteligencia, valentía y -lo que hace a la mayor diferencia con los mediocres- un Amor absoluto e incondicional a la Humanidad.

            Como ya hemos dicho, la política esclavista, de egoísmo mercantil, tiránica (disimulada o no), es muy compleja y escapa por completo al entendimiento incluso de personas con coeficientes intelectuales altos, así que es inaccesible para quienes tienen escasa capacidad de subjetivación o con aberraciones psicológicas (inclusive en niveles de aberración considerados “normales”). Es como intentar desatar el Nudo Gordiano, creado justamente para producir engaño y absurdo.

            En cambio, la política Ecologenista es simple, abierta, no existe secretismo alguno, no hay “secretos de Estado”, ya se trate de órdenes ejecutivas, asuntos judiciales o científicos. Sólo caben algunas excepciones en asuntos penales que los Jueces pueden manejar sin ninguna complicación, haciendo uso de la discreción, mientras la Asamblea no exija su ventilación pública. Donde pueden caber más excepciones, es en el ámbito militar, siempre que exista un posible enemigo o por ciertos desarrollos tecnológicos. Pero cuando se pone en práctica, tiende a elevar considerablemente el coeficiente intelectual de la sociedad.

            Sin embargo, la comprensión masiva de la Ecologenia requiere de la actividad decidida de las personas que escapan al molde de la normalidad, los creativos culturales, los rebeldes, los comprometidos socialmente, funcionarios conocedores de los vericuetos políticos, los espiritualistas no fanáticos, los Jueces (los que llevan la Justicia como verdadera vocación) y los científicos, porque llevar adelante el Plan Mundial de Ecologenia tiene un problema muchísimo más grave que enfrentarse con los poderosos de la dinerocracia: El enfrentamiento con la mente mediocre de la mayor parte de la masa humana, a la que hay que convertir en participante activa de su destino. Despertarla y sacarla de la mediocridad es el gran desafío… Implantar la Ecologenia en Occidente será tarea muy dura para los líderes, dado lo complejo del proceso que se requiere para la educación correcta de la ciudadanía, que implica además del profundo cambio en todas las asignaturas, de una terapia psicológica colectiva. En ese sentido, la Psicología Trascendental ofrece las mejores alternativas y los líderes que deseen cambiar el mundo deberán primero cambiar ellos mismos, eliminar sus propias aberraciones, depurar sus propios campos emocionales. Con ello lograrán aumentar enormemente su capacidad intelectual, pero también obtener puntos de vista y sabiduría, del que los mejores políticos tienen hoy sólo un vago atisbo. Los libros de Psicología Trascendental recomendados son Catarsis Cátara y los de Biodescodificación

            Las mentes mediocres no pueden vislumbrar fácilmente el horizonte de la Ecologenia, pero a aquellos que pueden comprenderlo les resulta difícil creer que sea posible. Ese es el problema de la mediocridad como engrama, como tara psicológica que adolecen incluso personas muy inteligentes La mayor parte de la clase trabajadora mundial apenas tiene tiempo a pensar, porque la esclavitud de lo cotidiano la tiene suficientemente preocupada en “sus asuntos” (supervivencia económica), pero las castas profesionales tienen en realidad el mismo problema. Aunque cuenten con un coeficiente mental algo superior, padecen la misma mediocridad ya sea por el condicionamiento educativo o por el sólo hecho de que al estar un poco mejor posicionados, se conforman con la diferencia, se sienten “afortunados” de tener todo lo que tienen, sin darse cuenta que son simplemente, esclavos con más privilegios, temerosos siempre de perderlos. Igual “saben” lo que les enseñaron, no lo que comprobaron o lo que dedujeron (salvo en lo específico de sus profesiones); igual compran y venden; igual viven para pagar y esa es -siempre igual- su mayor preocupación y su mayor “orgullo” ante las clases más desfavorecidas.

            El hombre mediocre no gana dinero para vivir, sino que vive para ganar dinero. Carece de Ideales y le sobran deseos y ensoñaciones fatuas. Imagina un mundo mejor para sí mismo y se desvive por ello, pero no comprende que un mundo mejor para sí mismo sólo puede haberlo si es magnífico para todos. El hombre mediocre no es el que presentan en los cursos de venta como ejemplo de cómo no se debe ser, para poder vender más, sino que los realmente mediocres son aquellos que sólo viven para la venta y la compra sin límites éticos. Pero eso nada tiene que ver con tener mucho o poco. Este espécimen -hoy por hoy el más abundante en el mundo- se halla en todos los estratos sociales, desde el mísero obrero que apenas logra alimentarse malamente y alimentar a su familia, hasta los más ricos. Si se busca hombres realmente ajenos a esta penosa clasificación, hay que buscarlos entre los científicos, filósofos, técnicos e ingenieros, donde el porcentaje de hombres trascendentes (no mediocres) ronda el cinco por ciento. Curiosamente, un índice así se encuentra también en las cárceles, donde el no mediocre suele caer por inadaptación al sistema o errores en las deducciones que hace de su papel en la vida y su relación con la sociedad a la que no siente pertenecer.

            Entre los médicos, el porcentaje que escapa a la mediocridad psicológica e intelectual es -curiosa y tristemente- penoso, rondando el 1,5 por mil, según los estudios globales de psicoantropología de 1983 (USA, Australia, Europa y buena parte de Sudamérica). Esto se debe a que la mayor parte de la casta médica es empleada directa o indirecta, de la industria de la farmacopea y muy dineralizada, a diferencia de los médicos cubanos, chinos y rusos (Rusos de antes de la Perestroika), que además de estudiar medicina por vocación seriamente constatada por el Estado, tienen tales exigencias académicas y de servicio, que dicha vocación se lleva a la excelencia y se mantiene, o se abandona rotundamente.

            La mediocridad medida con una serie de parámetros demasiado larga y compleja para desarrollar en este libro, puede tratarse como todas las psicopatías y educación especial. Aunque sea el producto más común de las diversas psicopatías, la mediocridad es el menos detectado por los psicólogos y el más utilizado por los líderes de la dinerocracia. Es un factor de especial cuidado para el político Ecologénico, ya que primero deberá luchar contra ella en si mismo y luego con la mediocridad de la masa, sobre todo si lleva a cabo el Plan A -que veremos luego-, pero después deberá trabajar con el mismo cuidado para derrotarla en las aulas, en la educación colectiva (propaganda) y en los consultorios psicológicos.

            El político Ecologenista debe hablar constantemente a su pueblo, debe enseñarle, debe estar junto con él en todo momento, es un sacerdocio y el más alto, pues servir a todos es el honor más grande que puede tener un hombre, a la vez que la mayor de las responsabilidades. De él depende que el científico mejore la vida en vez de hacer terribles armas; de él depende -y no de los teóricos de la psicología- que la población esté psicológicamente sana. De él depende que el barrendero, el hortelano o el chófer tengan la misma felicidad y posibilidades de desarrollo que el científico, el Juez o él mismo.

            El político Ecologenista, aunque si es bueno la gente lo querrá siempre al frente, no buscará perpetuarse en el poder, sino preparar gran cantidad de maestros en el arte de gobernar. Eso es salir de la mediocridad. Un político así es quien finalmente deberá permanecer mucho tiempo gobernando, porque su pueblo sabrá reconocer su obra. Pero ésta se demostrará cuando deba abandonar por muerte, por vejez o por cansancio, cuando sus discípulos gobiernen mejor que él. Sacar de la mediocridad a los pueblos es la misión de los verdaderos políticos. La desdineralización de la consciencia colectiva es uno de los más grandes desafíos que hoy se plantean.

            La clasificación de “Hombre mediocre” sería algo muy general, mientras que el “Homo mercatoris” es una especie aparte, en el extremo de la mediocridad, que sólo vive para las finanzas, para ganar dinero, para llenarse de lujos sin tener unas horas diarias para dedicarse a una verdadera vocación (científica, artística o deportiva). Es la mediocridad en persona. Algunos de estos especímenes practican algún deporte o afición para mantenerse en buen estado; pertenecen a algún club de beneficencia para redimir un poco la conciencia y enaltecer su vanidad, y practican alguna religión para que Dios -en el caso que crean en su posible existencia- les perdone sus travesuras, pero lo cierto es que son pocos los que tienen algún ideal y más raros aún los que luchen por él. Sería muy recomendable para todo ciudadano darse una vueltecita por la bolsa de valores en plena actividad, para ver y sentir cómo actúa el espíritu de la mediocridad cuando se viste de avaricia y codicia. Para la mayor parte de los brókeres, es simplemente un trabajo muy duro, pero en realidad son parte del engranaje más aberrante que se ha inventado jamás. Junto con los casinos o un poco más, la bolsa es la principal fábrica de suicidios de adultos. Pero en forma menos visible para la masa ciudadana, es la causa de las hambrunas, de las guerras y otras modalidades de genocidio. Para los autores de esa aberración, su dios es el dinero, porque él es el que les da poder sobre la masa, lujos casi ilimitados… Y una vida infernalmente mediocre, cuando les desnudamos un poco, especialmente si pierden parte de la fortuna.

            José Ingenieros escribió el excelente libro “El Hombre Mediocre” que se consigue gratuitamente en internet, de modo que no abundaremos en el asunto, pero cabe para el Ecologenista político, reflexionar mucho acerca de la psicología del mediocre, porque encontrará allí uno de los escollos más difíciles de sortear e incluso peligrosos, porque los hombres mediocres tienen traje de oveja, pero sacan garras y colmillos de lobo cuando se le tocan sus creencias. Se defienden como leones cuando se les hacen ver sus vanidades, se pone en riesgo su prestigio social o cualquiera de lo que consideran sus “altos valores”, aunque no saben diferenciar el valor moral (puramente social, convencional y condicionado) con el valor ético, ni tienen idea de la diferencia entre ética y moralidad.

            Globalmente hablando, el porcentaje humano que escaparía a la mediocridad es insignificante. Aunque los innovadores económicos sean alrededor del 5 % y los innovadores culturales ronden el 10 %, los innovadores éticos no superan el uno por mil. Pero debido a la naturaleza mental y ética de estos individuos, altamente solidarios, desinteresados de lo material, altruistas, entregados, serviciales, lo más habitual -lógico en una sociedad dineralista- es que apenas tengan recursos de supervivencia. Muy pocos consiguen un desarrollo económico que les permita hacer algo importante para la sociedad y tienen la falsa creencia de que ser rico es pecaminoso, o  incongruente con sus ideales.

             Aunque estos idealistas adormecidos no son usados por la dinerocracia habitualmente (salvo para repartir medicinas alopáticas, alimentos del mercado), hay que tener en cuenta a la hora de movilizarlos, que han creado -como buenos rebeldes, condicionamientos propios y creencias propias (y por ello más fanáticas, si se quiere, pues al fin y al cabo, les ha costado no poca neurona crearlas). Si estos idealistas se han volcado al misticismo, su inutilidad como colaboradores políticos (o de cualquier orden) es absoluta y más vale al político Ecologenista no contar con tales individuos para la política. No obstante, la especie idealista cuenta también con guerreros valientes y personas muy analíticas proclives a comprender la Ecologenia (o cualquier cosa razonable) en profundidad y hasta sean posiblemente quienes junto a la élite científica, los que deban mejorar la Ecologenia y sus planteos según el tipo de sociedad de la que deban partir en la práctica.  A pesar de lo pesimista que puede parecer el cuadro de situación psicoantropológica, los líderes Ecologénicos no deben olvidar que ha sido la mediocridad intelectual y psicológica lo que los dinerócratas (y otros esclavistas anteriores) han usado contra los pueblos. La demagogia no es otra cosa que el uso de la imbecilidad, las taras psíquicas, las ensoñaciones, las fatuas creencias, el egoísmo, la poca inteligencia y todo lo que hace a la mediocridad del propio pueblo, para conducirlo como ganado donde se lo quiera llevar.

            El Ecologenista deberá hacer uso de gran ingenio y mucha meditación para no caer en la demagogia, pero deberá tener en cuenta que trabaja con el mismo material: La mente y las emociones de los ciudadanos. Por más clara que sea su palabra y su enseñanza, por más transparente que sea su función y aunque le apunten cámaras de televisión durante toda su jornada y hasta en la cama, siempre habrá mucho malandra esclavo de la dinerocracia calumniando y mucho idiota repitiendo las calumnias, cambiando de parecer y de voto cuando escucha lo que no es, por parte de los convincentes demagogos y desinformadores entrenados.

            O sea que habrá que contar con una enorme masa de mediocridad generando no sólo “oposición”, sino los ataques más violentos y ruines que ha recibido político alguno. Eso será señal de que ha tocado las fibras dolorosas de la dinerocracia y más vale que esté prevenido. Si resiste un decenio en las comunidades mediatizadas (que es como decir “medio idiotizadas” o bien “idiotizadas por los medios”), o un lustro en las comunidades más primitivas y naturales, habrá vencido, aunque ni por un segundo deba descuidar la guardia, porque habrá infiltraciones en las Asambleas, porque a veces serán más un nido de anarquistas que reales asamblearios, porque hasta que la educación ajuste las cosas, muchas Asambleas serán un nido de “demonios emocionales”, más que una reunión de personas razonando. Se encontrará muchas veces con Asambleas hipnotizadas por hábiles oradores que convencerán a la multitud de la necesidad de “otro líder”, desafiando por una falsa comprensión (por parte de los asamblearios) del sentido de la Asamblea y los derechos democráticos, intentando conducir a la masa nuevamente a la partidocracia, al endiosamiento de un líder auténtico o un líder prefabricado. Estos y otros muchos trucos usarán para pervertir el Espíritu Asambleario, Republicano y Ecologenista.

            Ahí es donde el líder deberá enfrentarse siendo mejor orador, mejor didacta, tranquilo pero inflexible, vehemente en su expresión si es preciso, pero imperturbable en su interior. Ahí es donde el verdadero Líder Ecologénista se verá a sí mismo rindiendo examen ante la masa de Ciudadanos y sólo aprobará exitoso si habla desde el Corazón, con Profundo Amor, desde lo más profundo de sus convicciones logradas por consciencia, no por fanatismo alguno, o sea desde su Amor y su Inteligencia, que resonará por su claridad en la Inteligencia de todos los Ciudadanos. Allí es donde deberá mostrarse a sí mismo que es capaz de hablar con el Alma, manifestando su Voluntad. Allí es donde la Voluntad del Pueblo habrá sido consumada en vez que consumida, porque el auténtico Líder estimula Voluntad de la gente. La diferencia entre un hábil y astuto charlatán que sabe orar bien y trabaja siguiendo arquetipos ruines, y un Líder Ecologenista, es que tras oír al primero la masa se revuelve, surge odiosa y violenta. Mientras que tras la oración del Líder auténtico la masa queda feliz, impulsada y entusiasmada hacia el trabajo, con el hacer constructivo, creativo. No queda en la falsa expectativa de la promesa política, sino en la firme determinación de poner en práctica las mejores cosas para sí, para la Nación y para el mundo entero.

            Deberá estar alerta constante contra sus propias debilidades. El momento más peligroso para un político, es cuando ha consolidado el poder y se relaja. Si por un instante tiene la mínima idea de que es “el que manda”, habrá violado con su mente el ideal que representa y será bueno para él y para el Pueblo que se aterrorice, que medite y reconduzca su pensamiento. Si atisba un instante la intención de hacer algo sólo por “conservar el poder”, en vez de “cumplir con el deber”, será mejor que se estremezca, que lo declare y confiese ante su Asamblea para que ésta decida si le da una nueva oportunidad, dado el alto valor de su confesión. Igual, antes que se pervierta su persona y el Sistema Asambleario se lo saque por ineptitud, hará bien en renunciar si tuviera un nuevo “lapsus” de delirio de poder.

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